Friedrich Engels, llamado a veces en español Federico Engels (Barmen-Elberfeld, actualmente Wuppertal, Renania, entonces parte de Prusia, 28 de noviembre de 1820-Londres, 5 de agosto de 1895), fue un filósofo y revolucionario alemán.
Amigo y colaborador de Karl Marx, fue coautor con él de obras fundamentales para el nacimiento de los movimientos socialista, comunista y sindical, y dirigente político de la Primera Internacional y de la Segunda Internacional.
Nació el 28 de noviembre de 1820, en Barmen, hijo de Friedrich Engels y su esposa Elise, prósperos industriales textiles renanos. La familia, asentada en Renania desde finales del siglo XVI, había comenzado a prosperar en tiempos del bisabuelo de Engels, quien se había instalado en Barmen y creado una industria de blanqueo de hilados. El padre de Engels había perdido el negocio familiar por disputas familiares y había fundado uno nuevo de hilatura de algodón con nuevos socios holandeses en Manchester, Barmen y Engelskirchen. La familia —formada por el matrimonio y sus ocho hijos, la mitad mujeres y la otra mitad varones—1 mostraba una religiosidad cercana al calvinismo muy extendida en la época en la región, caracterizada por un cierto puritanismo, ascetismo, reserva e industria, que la familia inculcó al joven Engels.
Tras estudiar en la escuela local, a los catorce años se le envió al gimnasio de Elberfeld —uno de los mejores de Prusia—, donde se alojó con un pastor luterano de la localidad. Allí y gracias a sus lecturas de antiguos mitos y romances germanos, se vio influenciado por el nacionalismo romántico alemán. El patriotismo cultural que adquirió en esta época le acompañó toda su vida. A pesar de sus buenas notas y su deseo de continuar sus estudios y quizá dedicarse a la poesía, su padre lo sacó del gimnasio para que comenzase a aprender sobre el negocio familiar.
Después de acompañar a su padre en un viaje de negocios a Gran Bretaña en el verano de 1838, se instaló en Bremen para aprender sobre la industria textil. Aunque útil para su carrera futura, este aprendizaje sobre el funcionamiento del capitalismo mercantil resultó tedioso para el joven Engels, más interesado en aprovechar el ambiente —más liberal que el de su localidad natal— del gran puerto.9 Duelista, bailarín, viajero y aprendiz de canto además de importador de literatura política prohibida, compensaba con estas actividades el aburrido trabajo en las oficinas mercantiles. Pronto mostró sus simpatías por los «jóvenes alemanes», movimiento que exigía reformas políticas radicales basadas en el patriotismo progresista, opuesto al feudalismo y a las monarquías que dominaban en aquel momento Alemania. Engels simpatizaba entonces con el republicanismo antirreligioso y liberal que había expresado Percy Shelley años antes.
Llegado a Bremen, se había mostrado cada vez más insatisfecho con la religión de predestinación y condena de su región natal y había adoptado una posición cada vez más crítica y racionalista. A finales de 1839 e influido por las críticas a la religión establecida y al cristianismo de David Friedrich Strauss entre otros, abandonó la fe religiosa y se interesó cada vez más por las teorías de Hegel.
Comenzó además a publicar con pseudónimo —para evitar disgustos familiares— en algunos periódicos. Especialmente destacable, entre artículos críticos escritos para burlar la censura, fueron sus Cartas desde Wuppertal en las que realizó una aguda crítica de las misérrimas condiciones de vida del proletariado de la región, que había visitado para obtener información de primera mano con que redactarlas.
Amigo y colaborador de Karl Marx, fue coautor con él de obras fundamentales para el nacimiento de los movimientos socialista, comunista y sindical, y dirigente político de la Primera Internacional y de la Segunda Internacional.
Nació el 28 de noviembre de 1820, en Barmen, hijo de Friedrich Engels y su esposa Elise, prósperos industriales textiles renanos. La familia, asentada en Renania desde finales del siglo XVI, había comenzado a prosperar en tiempos del bisabuelo de Engels, quien se había instalado en Barmen y creado una industria de blanqueo de hilados. El padre de Engels había perdido el negocio familiar por disputas familiares y había fundado uno nuevo de hilatura de algodón con nuevos socios holandeses en Manchester, Barmen y Engelskirchen. La familia —formada por el matrimonio y sus ocho hijos, la mitad mujeres y la otra mitad varones—1 mostraba una religiosidad cercana al calvinismo muy extendida en la época en la región, caracterizada por un cierto puritanismo, ascetismo, reserva e industria, que la familia inculcó al joven Engels.
Tras estudiar en la escuela local, a los catorce años se le envió al gimnasio de Elberfeld —uno de los mejores de Prusia—, donde se alojó con un pastor luterano de la localidad. Allí y gracias a sus lecturas de antiguos mitos y romances germanos, se vio influenciado por el nacionalismo romántico alemán. El patriotismo cultural que adquirió en esta época le acompañó toda su vida. A pesar de sus buenas notas y su deseo de continuar sus estudios y quizá dedicarse a la poesía, su padre lo sacó del gimnasio para que comenzase a aprender sobre el negocio familiar.
Después de acompañar a su padre en un viaje de negocios a Gran Bretaña en el verano de 1838, se instaló en Bremen para aprender sobre la industria textil. Aunque útil para su carrera futura, este aprendizaje sobre el funcionamiento del capitalismo mercantil resultó tedioso para el joven Engels, más interesado en aprovechar el ambiente —más liberal que el de su localidad natal— del gran puerto.9 Duelista, bailarín, viajero y aprendiz de canto además de importador de literatura política prohibida, compensaba con estas actividades el aburrido trabajo en las oficinas mercantiles. Pronto mostró sus simpatías por los «jóvenes alemanes», movimiento que exigía reformas políticas radicales basadas en el patriotismo progresista, opuesto al feudalismo y a las monarquías que dominaban en aquel momento Alemania. Engels simpatizaba entonces con el republicanismo antirreligioso y liberal que había expresado Percy Shelley años antes.
Llegado a Bremen, se había mostrado cada vez más insatisfecho con la religión de predestinación y condena de su región natal y había adoptado una posición cada vez más crítica y racionalista. A finales de 1839 e influido por las críticas a la religión establecida y al cristianismo de David Friedrich Strauss entre otros, abandonó la fe religiosa y se interesó cada vez más por las teorías de Hegel.
Comenzó además a publicar con pseudónimo —para evitar disgustos familiares— en algunos periódicos. Especialmente destacable, entre artículos críticos escritos para burlar la censura, fueron sus Cartas desde Wuppertal en las que realizó una aguda crítica de las misérrimas condiciones de vida del proletariado de la región, que había visitado para obtener información de primera mano con que redactarlas.