Belleza es una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de la existencia humana. Esto es estudiado principalmente por la disciplina filosófica de la estética, pero también es abordado por otras disciplinas como la historia, la sociología y la psicología social. Vulgarmente la belleza se define como la característica de una cosa que a través de una experiencia sensorial (percepción) procura una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción. En este sentido, la belleza proviene de manifestaciones tales como la forma, el aspecto visual, el movimiento y el sonido, aunque también se la asocia, en menor medida, a los sabores y los olores. En esta línea y haciendo hincapié en el aspecto visual, Tomás de Aquino define lo bello como aquello que agrada a la vista (quae visa placet). La percepción de la «belleza» a menudo implica la interpretación de alguna entidad que está en equilibrio y armonía con la naturaleza, y puede conducir a sentimientos de atracción y bienestar emocional. Debido a que constituye una experiencia subjetiva, a menudo se dice que «la belleza está en el ojo del observador».1 En su sentido más profundo, la belleza puede engendrarse a partir de una experiencia de reflexión positiva sobre el significado de la propia existencia.
Belleza humana
La caracterización de una persona como «bella», ya sea de forma individual o por consenso de la comunidad, a menudo se basa en una combinación de belleza interior, que incluye los factores psicológicos —tales como congruencia, elegancia, encanto, gracia, integridad, inteligencia, personalidad y simpatía—, y belleza exterior, es decir, atractivo físico, que incluye factores físicos —tales como juventud, medianidad, salud corporal, sensualidad y simetría—.
Comúnmente se mide la belleza externa con base en la opinión general o el consenso de un grupo de personas. Un ejemplo de ello son los concursos de belleza, como el de Miss Universo. La belleza interna, sin embargo, es más difícil de cuantificar, aunque en los concursos de belleza a menudo se afirma tomarla en consideración. Un importante indicador de la belleza física es la «medianía». Cuando las imágenes de rostros humanos se promedian para formar una imagen compuesta, esta se acerca progresivamente cada vez más a la imagen «ideal» y se percibe como más atractiva. Este fenómeno se notó por primera vez en 1883, cuando Francis Galton, primo de Charles Darwin, construyó imágenes compuestas por superposición de fotografías de vegetarianos y delincuentes en búsqueda de una apariencia característica para cada uno de ellos. Al hacerlo, se percató de que las imágenes compuestas resultantes eran más atractivas en comparación con cualquiera de las fotografías individuales.
La investigación moderna sugiere también que las personas cuyos rasgos faciales son simétricos y poseen la proporción perfecta son más atractivas.
Comúnmente se mide la belleza externa con base en la opinión general o el consenso de un grupo de personas. Un ejemplo de ello son los concursos de belleza, como el de Miss Universo. La belleza interna, sin embargo, es más difícil de cuantificar, aunque en los concursos de belleza a menudo se afirma tomarla en consideración. Un importante indicador de la belleza física es la «medianía». Cuando las imágenes de rostros humanos se promedian para formar una imagen compuesta, esta se acerca progresivamente cada vez más a la imagen «ideal» y se percibe como más atractiva. Este fenómeno se notó por primera vez en 1883, cuando Francis Galton, primo de Charles Darwin, construyó imágenes compuestas por superposición de fotografías de vegetarianos y delincuentes en búsqueda de una apariencia característica para cada uno de ellos. Al hacerlo, se percató de que las imágenes compuestas resultantes eran más atractivas en comparación con cualquiera de las fotografías individuales.
La investigación moderna sugiere también que las personas cuyos rasgos faciales son simétricos y poseen la proporción perfecta son más atractivas.
Fealdad
La fealdad es una propiedad de una persona o cosa que no es agradable de mirar y trae como consecuencia, una evaluación muy desfavorable. En muchas sociedades el juicio de ser considerado "feo" equivale a ser poco estético, repulsivo u ofensivo. Al igual que su opuesto, la belleza, la fealdad implica un juicio subjetivo y esta por lo menos en parte, en el "ojo del observador", tampoco se debe olvidar la influencia ejercida por la cultura del "observador". Así, la percepción de la fealdad puede ser errónea o miope, como en el cuento de El patito feo de Hans Christian Andersen.
A pesar de que la fealdad es normalmente considerada como una característica visible, también puede ser un atributo interno. Por ejemplo, una persona se puede considerar atractiva por fuera pero por dentro irreflexiva y cruel. También es posible estar de "mal humor", que es un estado interno de desagrado temporal.
La fealdad es algo que está en la mente, esta tiene su origen en la consideración del "ojo observador" y de la autoestima que se desarrolla en las personas al ver los estereotipos de hombres y mujeres agradables a nuestros sentidos de percepción.
A pesar de que la fealdad es normalmente considerada como una característica visible, también puede ser un atributo interno. Por ejemplo, una persona se puede considerar atractiva por fuera pero por dentro irreflexiva y cruel. También es posible estar de "mal humor", que es un estado interno de desagrado temporal.
La fealdad es algo que está en la mente, esta tiene su origen en la consideración del "ojo observador" y de la autoestima que se desarrolla en las personas al ver los estereotipos de hombres y mujeres agradables a nuestros sentidos de percepción.