La filosofía griega es la primera filosofía que aparece en la historia y es entendida como Ontología (estudio de la esencia y las condiciones del Ser-sujeto y Ser-objeto). Nace de la interrogación con el afán de desvelar las cosas por explicaciones causales y constituye la apertura al estudio de todos los grandes temas que preocuparán al hombre ulteriormente en el mundo occidental. El hombre griego fue el espectador curioso y asombrado de la naturaleza (Phycis), de su potencialidad y su posibilidad individual y de todo cuanto hay en el Cosmos. Los filósofos anteriores a Sócrates se interesaron por encontrar el principio de todas las cosas o arché (arjé).
En la filosofía romana las causas de las cosas eran de dos clases: causa material (el material de que se hacen las cosas), y causa eficiente que viene a ser la fuerza que hace las cosas (al modo como del mármol material se hace una estatua y es la operación del estatuario la que hace la estatua). Conocer es obrar, aprehender, captar, capturar para sí el conocimiento. El conocer es y termina en acción que capte, que se posesione del objeto conocido, para servirse de ella y transformar los objetos en algo que les convenga. La filosofía se convierte en el estudio de las ideas en cuanto sean instrumentos de acción y punto. El filósofo romano es amante de la sabiduría en cuanto le permite obrar sobre todas las cosas, dominarlas, capturarlas todas y transformarlas.
En la filosofía romana las causas de las cosas eran de dos clases: causa material (el material de que se hacen las cosas), y causa eficiente que viene a ser la fuerza que hace las cosas (al modo como del mármol material se hace una estatua y es la operación del estatuario la que hace la estatua). Conocer es obrar, aprehender, captar, capturar para sí el conocimiento. El conocer es y termina en acción que capte, que se posesione del objeto conocido, para servirse de ella y transformar los objetos en algo que les convenga. La filosofía se convierte en el estudio de las ideas en cuanto sean instrumentos de acción y punto. El filósofo romano es amante de la sabiduría en cuanto le permite obrar sobre todas las cosas, dominarlas, capturarlas todas y transformarlas.