La basura forma parte de nuestro mundo, y está vinculada tanto a procesos orgánicos como inorgánicos y, sobre todo, está vinculada a la propia actividad operatoria de los hombres. De esto se deduce que la basura (que está presente, de algún modo, también en la televisión) se nos revela como una Idea trascendental (puesto que el concepto de basura no se circunscribe a un campo determinado, sino que se extiende a muchos, dando lugar a conceptos diferentes: «telebasura», «contratos basura», «comida basura», «ADN basura»...) y por tanto, del mayor interés filosófico. Un interés filosófico no menor que el que puedan tener las Ideas que tradicionalmente han sido consideradas como trascendentales (Unum, Verum, Bonum, Pulchrum) y que, por cierto, también se abren paso a través del llamado, no lo olvidemos, ente televisivo. Desde este punto de vista, parece, pues, obligado que un filósofo atento a la realidad de la que forma parte dedique algún esfuerzo a determinar el alcance del «fenómeno televisivo», y no de modo de un modo oblicuo, sino absolutamente recto y por derecho.
FILOSOFIA Y LOGICA UPT