Considerada en sí misma, sin embargo, la búsqueda es una tarea humana que arraiga en la condición práctica del hombre: en su ser una inteligencia deseosa, o, mejor aún, un deseo inteligente. Si podemos hablar de la filosofía como búsqueda esto es sólo porque la filosofía se alimenta del estado de viator que define la condición humana. En la raíz de la búsqueda filosófica se encuentra también, aunque implícita, la nostalgia de Dios. Un modo errado de concebir la filosofía académica tiende fácilmente a ocultar este aspecto. Juan Pablo II, por el contrario, subraya la dimensión radicalmente existencial de la búsqueda filosófica, sin dejar por eso de apuntar lo específico de este modo de búsqueda, así como su especial relevancia para la fe. Ésta reside principalmente en el hecho de que la fe no es un mero acto subjetivo, sino que supone sustancialmente el asentimiento a unas verdades que se deben poder expresar y transmitir con palabras y, por tanto, racionalmente. En este sentido, la peculiaridad de la filosofía consistiría en profundizar en ese deseo de Dios característico de todo hombre, modulando racionalmente la búsqueda.
FILOSOFIA Y LOGICA UPT