Especializados en convertir el argumento más débil en la razón más fuerte, los sofistas manejan el lenguaje como un instrumento puramente utilitario para convencer a los demás de aquello que a los propios sofistas les conviene. Hablar ya no es una actividad que esté al servicio del encuentro con la verdad, sino que se encamina al logro del poder. Parecen sabios, pero no lo son. Tampoco el sofista se identifica con el retórico. El retórico trata de hacer verosímil lo verdadero, mientras que el sofista intenta hacer verosímil lo falso.
FILOSOFIA Y LOGICA UPT