En la historia de la filosofía el problema de la verdad siempre ha sido objeto de reflexión. Diversas definiciones e interpretaciones han tratado de aprehender un contenido que aparentemente resulta inaprehensible y huidizo.
La verdad como correspondencia y relación del pensamiento con las cosas, implícitamente está presente en la filosofía presocrática y de modo determinado y explícito en Platón.
Existen dos teoremas ínsitos en concepción de la verdad. El primero, que la verdad está en el pensamiento o en el lenguaje y no en la cosa o en el ser; el segundo que la medida de la verdad es el ser o la cosa y no el pensamiento o el discurso.
Esta concepción de la verdad como correspondencia (o relación) se continúa en la filosofía casi de modo predominante, incluyendo a los lógicos contemporáneos.
La segunda comprensión de la verdad como revelación, se expresa en dos direcciones:
1) como revelación inmediata al hombre, en las sensaciones, la intuición, en fin como fenómeno dado (empirista)
2) como revelación de conocimiento excepcionales de esencias de las cosas, su ser o su mismo principio (forma metafísica teológica).
La verdad como correspondencia y relación del pensamiento con las cosas, implícitamente está presente en la filosofía presocrática y de modo determinado y explícito en Platón.
Existen dos teoremas ínsitos en concepción de la verdad. El primero, que la verdad está en el pensamiento o en el lenguaje y no en la cosa o en el ser; el segundo que la medida de la verdad es el ser o la cosa y no el pensamiento o el discurso.
Esta concepción de la verdad como correspondencia (o relación) se continúa en la filosofía casi de modo predominante, incluyendo a los lógicos contemporáneos.
La segunda comprensión de la verdad como revelación, se expresa en dos direcciones:
1) como revelación inmediata al hombre, en las sensaciones, la intuición, en fin como fenómeno dado (empirista)
2) como revelación de conocimiento excepcionales de esencias de las cosas, su ser o su mismo principio (forma metafísica teológica).