La lógica puede ser vista como un arte o técnica y también como una teoría o ciencia estricta. Esta dualidad es normal. Lo mismo ocurre con otras disciplinas como la física, la medicina o la gramática en las que los conocimientos y habilidades prácticos conviven con los conocimientos sofisticados y teóricos que carecen de aplicación directa en nuestra vida diaria. Es deseable que una persona bien educada en lógica tenga tanto la posesión del arte como la de la ciencia: que no sólo conozca las técnicas, ni sólo la teoría abstracta sobre ellas sino también que desarrolle habilidades y actitudes adecuadas.
Una persona MUY bien educada, aunque sin tener que ser un lógico profesional, se reconoce porque maneja algunas nociones básicas de metalógica tales como consecuencia lógica, uso y mención, lenguaje objeto y metalenguaje, lenguajes y sistemas formales, sintaxis y semántica, validez lógica, teoremicidad y prueba, completud y corrección, independencia, satisfacibilidad, consistencia sintáctica y semántica y decidibilidad. Además, de tener una opinión razonada sobre cuestiones fundamentales como si la lógica es una disciplina filosófica, una rama de las matemáticas, una ciencia.
Una persona MUY bien educada, aunque sin tener que ser un lógico profesional, se reconoce porque maneja algunas nociones básicas de metalógica tales como consecuencia lógica, uso y mención, lenguaje objeto y metalenguaje, lenguajes y sistemas formales, sintaxis y semántica, validez lógica, teoremicidad y prueba, completud y corrección, independencia, satisfacibilidad, consistencia sintáctica y semántica y decidibilidad. Además, de tener una opinión razonada sobre cuestiones fundamentales como si la lógica es una disciplina filosófica, una rama de las matemáticas, una ciencia.